Volume 44 Number 3

Next steps - future considerations in convexity and evidence

Paris Purnell

For referencing Purnell P. Next steps – future considerations in convexity and evidence. WCET® Journal Supplement. 2024;44(3)Sup:s15-16.

DOI 10.33235/wcet.44.3.sup.s15-16

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Evidence

The integration of convexity into clinical practice has been a subject of increasing interest, particularly in the context of optimising clinical outcomes. Recent publications highlight the evolution of evidence supporting the use of convexity products, which have been in use for decades but without substantial evidence to validate their effectiveness. The call for ongoing research in this domain is clear, emphasising the need for a robust evidence base to inform clinical decisions. The article by Czaplewski & Smitka1 is instrumental in this regard, revisiting foundational concepts and advocating for standardised terminology that enhances clarity in clinical decision-making. This effort towards standardisation is crucial as it facilitates a unified understanding across the clinical and manufacturing landscapes, potentially leading to improved patient outcomes through more informed product selection.

The shift towards convexity products in clinical practice is a testament to the dynamic nature of evidence and its impact on patient care. The growing body of research, including case studies, surveys, and consensus statements, underscores the benefits of convex skin barriers, especially in managing stomas with irregular peristomal planes or those that are flush or retracted. Clinicians are now equipped with a wealth of information that not only challenges traditional practices but also provides a solid foundation for embracing change. This evolution in clinical approach is crucial for enhancing patient outcomes, as it allows for proactive management of conditions such as peristomal skin problems, which can be mitigated using appropriately selected convexity products. The integration of these products into patient care is indicative of a broader movement towards evidence-based practice (EBP), ensuring that clinical decisions are informed by the latest and most reliable data available.

Applying evidence to clinical practice

By incorporating convexity selection earlier in the patient journey, clinicians can potentially mitigate complications such as peristomal skin issues, which aligns with the principles of EBP. EBP is defined as integrating the best available research with clinical expertise and patient preferences, thereby driving meaningful improvements in patient care.2 The anticipation of Hill’s3 forthcoming report, based on a retrospective audit of patient outcomes, underscores the importance of evidence-based interventions in achieving positive clinical changes and highlights the ongoing commitment to advancing patient care through research and collaboration between clinicians and industry in driving more patient-centric outcomes.

The process of influencing entrenched clinical practices is indeed a complex and multifaceted endeavour. It requires not only time and effort but also a strategic approach that considers the various barriers and facilitators that impact the adoption of new evidence-based practices. The availability of evidence is a crucial factor in informing clinical practices and supporting change. However, the translation of this evidence into practice is influenced by a myriad of factors, including historical, economic, professional, and other extraneous forces that may resist de-implementation of outdated practices.

Products

The introduction of more compressible barriers represents a significant advancement in clinical tools, offering the potential to enhance patient outcomes through improved management of conditions such as peristomal skin damage. These products can provide better adaptability and comfort, leading to increased patient compliance and satisfaction. Nevertheless, it is essential to recognise that they are not a universal solution. Less compressible products retain their importance

in certain clinical scenarios, particularly where greater rigidity is necessary to prevent leakage and protect against skin damage.

Clinicians must navigate a landscape where both new innovations and established products have their respective roles. This requires a nuanced understanding of the clinical context and the specific needs of each patient. It also calls for an appreciation of the broader health system and contextual factors that influence clinical decision-making. For instance, a lack of time, financial constraints, and specialised personnel can pose significant barriers to the implementation of clinical practice guidelines, while factors such as leadership, teamwork, and institutional support can serve as facilitators.

Conclusion

In conclusion, the journey to influence entrenched clinical practices and improve patient outcomes is ongoing. It involves a continuous cycle of evidence generation, evaluation, and integration into clinical practice. The addition of more compressible barriers is a welcome development in this journey, but it is part of a larger toolkit that clinicians must skilfully employ to navigate the complexities of healthcare delivery and achieve the best possible outcomes for their patients. The challenge lies not only in the individual adoption of new practices but also in addressing the systemic issues that can hinder or facilitate change at a broader level.


Próximos pasos: consideraciones futuras sobre convexidad y pruebas

Paris Purnell

DOI: 10.33235/wcet.44.3.sup.s15-16

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Evidencia

La integración de la convexidad en la práctica clínica ha sido objeto de un interés creciente, sobre todo en el contexto de la optimización de los resultados clínicos. Publicaciones recientes ponen de relieve la evolución de las pruebas que apoyan el uso de productos de convexidad, que llevan décadas utilizándose pero sin pruebas sustanciales que validen su eficacia. La necesidad de seguir investigando en este ámbito es clara, y subraya la necesidad de contar con una base empírica sólida para fundamentar las decisiones clínicas. El artículo de Czaplewski & Smitka1 es fundamental en este sentido, ya que revisa conceptos fundamentales y aboga por una terminología estandarizada que mejore la claridad en la toma de decisiones clínicas. Este esfuerzo hacia la normalización es crucial, ya que facilita una comprensión unificada en los ámbitos clínico y de fabricación, lo que puede conducir a una mejora de los resultados de los pacientes a través de una selección de productos más informada.

El cambio hacia los productos de convexidad en la práctica clínica es un testimonio de la naturaleza dinámica de la evidencia y su impacto en la atención al paciente. El creciente número de investigaciones, incluidos estudios de casos, encuestas y declaraciones de consenso, subraya los beneficios de las barreras cutáneas convexas, especialmente en el tratamiento de los estomas con planos periestomales irregulares o los que están enrasados o retraídos. Los médicos disponen ahora de una gran cantidad de información que no sólo cuestiona las prácticas tradicionales, sino que también proporciona una base sólida para adoptar el cambio. Esta evolución en el enfoque clínico es crucial para mejorar los resultados de los pacientes, ya que permite una gestión proactiva de afecciones como los problemas de la piel periestomal, que pueden mitigarse utilizando productos de convexidad adecuadamente seleccionados. La integración de estos productos en la atención al paciente es indicativa de un movimiento más amplio hacia la práctica basada en la evidencia (EBP), que garantiza que las decisiones clínicas estén fundamentadas en los datos más recientes y fiables disponibles.

Aplicación de la evidencia a la práctica clínica

Al incorporar la selección de la convexidad en una fase más temprana del recorrido del paciente, los médicos pueden mitigar potencialmente complicaciones como los problemas de la piel periestomal, lo que concuerda con los principios de la EBP. La EBP se define como la integración de la mejor investigación disponible con la experiencia clínica y las preferencias de los pacientes, impulsando así mejoras significativas en la atención al paciente.2 La anticipación del próximo informe de Hill3, basado en una auditoría retrospectiva de los resultados de los pacientes, subraya la importancia de las intervenciones basadas en la evidencia para lograr cambios clínicos positivos y pone de relieve el compromiso permanente de avanzar en la atención al paciente a través de la investigación y la colaboración entre los médicos y la industria para impulsar resultados más centrados en el paciente.

El proceso de influir en las prácticas clínicas arraigadas es, en efecto, un empeño complejo y polifacético. No sólo requiere tiempo y esfuerzo, sino también un planteamiento estratégico que tenga en cuenta los diversos obstáculos y facilitadores que repercuten en la adopción de nuevas prácticas basadas en pruebas. La disponibilidad de pruebas es un factor crucial para fundamentar las prácticas clínicas y apoyar el cambio. Sin embargo, la traducción de estas pruebas a la práctica se ve influida por una miríada de factores, entre los que se incluyen fuerzas históricas, económicas, profesionales y otras fuerzas externas que pueden resistirse a la desimplantación de prácticas obsoletas.

Producto

La introducción de barreras más compresibles representa un avance significativo en las herramientas clínicas, ofreciendo la posibilidad de mejorar los resultados de los pacientes a través de un mejor tratamiento de afecciones como el daño cutáneo periestomal. Estos productos pueden proporcionar una mayor adaptabilidad y comodidad, lo que aumenta el cumplimiento y la satisfacción del paciente. Sin embargo, es esencial reconocer que no son una solución universal. Los productos menos compresibles conservan su importancia en determinadas situaciones clínicas, sobre todo cuando es necesaria una mayor rigidez para evitar fugas y proteger contra daños en la piel.

Los clínicos deben navegar por un panorama en el que tanto las nuevas innovaciones como los productos ya establecidos tienen sus respectivos papeles. Esto requiere una comprensión matizada del contexto clínico y de las necesidades específicas de cada paciente. También exige una apreciación del sistema sanitario más amplio y de los factores contextuales que influyen en la toma de decisiones clínicas. Por ejemplo, la falta de tiempo, las limitaciones económicas y el personal especializado pueden suponer importantes obstáculos para la aplicación de las guías de práctica clínica, mientras que factores como el liderazgo, el trabajo en equipo y el apoyo institucional pueden servir de facilitadores.

Conclusión

En conclusión, el camino para influir en prácticas clínicas arraigadas y mejorar los resultados de los pacientes sigue su curso. Implica un ciclo continuo de generación de pruebas, evaluación e integración en la práctica clínica. La incorporación de más barreras compresibles es un avance positivo en este camino, pero forma parte de un conjunto más amplio de herramientas que los médicos deben emplear con destreza para sortear las complejidades de la asistencia sanitaria y lograr los mejores resultados posibles para sus pacientes. El reto no reside únicamente en la adopción individual de nuevas prácticas, sino también en abordar las cuestiones sistémicas que pueden obstaculizar o facilitar el cambio a un nivel más amplio.


Author(s)

Paris Purnell
Senior Manager, Clinical Education
Hollister Incorporated, Libertyville, Illinois, USA
Email paris.purnell@hollister.com

References

  1. Czaplewski G,  Smitka K. The role of standardised product term-inology in product development and clinical practice. WCET® Journal Supplement. 2024:44(3)Sup:s3-5.
  2. Titler MG. The evidence for evidence-based practice implement-ation. In: Hughes RG, ed. Patient Safety and Quality: An Evidence-Based Handbook for Nurses. Rockville (MD): Agency for Healthcare Research and Quality (US); 2008 Apr: Chapter 7. PMID: 21328760.
  3. Hill R. Investing the impact of a soft convex skin barrier infused with ceramide on mucocutaneous separation during both intraoperative and postoperative phases. Forthcoming Canadian NSWOC Conference Poster Presentation 2024.